Cuidados 3 en 1, ¡y nos quedamos cortas!
Publicado el 31-01-2013
Por Mamá Sin Complejos
Me
recuerdo con veintitantos, preocupada de estudiar, comenzaba a
trabajar, de la fiesta del sábado, del chico que había conocido el fin
de semana anterior. Qué diferente era la vida… No sé si más fácil o
difícil, sólo diferente. De repente chico conoce a chica, chica se
enamora de chico. Y se produce el gran ¡flash! Pareja que comienza una aventura, vivir juntos, casarse, formar una familia, bla, bla, bla,
lo que ya sabemos. Y la chica, o sea yo, sigue con la sonrisita sin
pensar en mucho más. Pero entonces ¡zas!, la liamos y eso a lo que
llaman el reloj biológico empieza a hacer tic-tac, o al menos yo empiezo a oírlo. Todo el día, a todas horas, despierta, dormida, “¿pero en serio esto está pasando?”, me preguntaba yo. Y sí, pasaba. Tras algunos contratiempos, que no vienen al caso, te quedas embarazada, tienes a tu hijo, te hacen un desgarro del quince, te quedas sin suelo pélvico y luego, cuando comienzas a tener tiempo y te miras a ti misma, te preguntas, ¿pero qué narices ha pasado aquí? O al menos esa fue la sensación que yo tuve.
Y entonces una empieza a investigar por ahí, se hace un blog,
conoce a cientos de madres, con cientos de experiencias. Me topo con
profesionales que me van ayudando a entender, a aprender…. Y me doy
cuenta que he sido una pardilla. Las mujeres andamos tan metidas en nuestra vida-trabajo-pareja que llega la hora de ser madres y vamos posponiendo cualquier atención que necesitemos hasta el mismo
instante en que tenemos a nuestro bebé en nuestro pecho en el paritorio.
La maternidad es un punto de inflexión,
pero muchas, por desgracia, nos hemos dado cuenta años después de ser
madres. Afortunadamente voy viendo que cada vez más mujeres van
recuperando ese instinto, esa mujer primitiva que esta sociedad se empeña en enterrar y ocultar. La mujer, cuando se enfrenta a uno de los retos más importantes de su vida, necesita lo que yo llamo “cuidados 3 en 1”.
Una vez que nos quedamos embarazadas es cuando nos damos cuenta de que
el chispazo se ha producido. Antes puede que lo veamos más como un acto
de fe. Pero cuando tu barriga empieza a crecer… amiga mía, ya no tienes
escapatoria.
Los tres puntos donde debemos centrar nuestra atención son: cuidados emocionales, cuidados psicológicos y cuidados físicos…
y puede que nos quedemos cortas. El embarazo, las hormonas y nuestra
mujer primitiva oculta, comienzan a hacer de las suyas en el terreno emocional. Por ello me parece fundamental comenzar a cuidarlo. Nada mejor que descubrir a las comadres:
frecuentar grupos de madres, grupos de lactancia, grupos de
embarazadas, madres experimentadas, blogs… Todo vale para que la mujer
comience lo que yo llamo su despertar. Porque
se necesita esa cercanía femenina, porque ahora te apetece hablar de
crianza, del parto, de opciones, de miedos…. Porque necesitas que te
entiendan y ellas, solo ellas, podrán hacerlo.
Cuidados psicológicos, aquí nuestra pareja jugará un papel fundamental pues será el mástil que nos sujete a “la realidad”. No puedo evitar pensar en Laura Gutman
cuando habla del conflicto de la mujer y la dificultad para integrar el
“yo externo” como ser social y el “yo interno” o la identidad como
madre. Saber integrar ambas facetas, priorizar aquello que nos haga
felices y desterrar el miedo social me parece fundamental para disfrutar
una de las etapas más importantes de la vida de toda mujer.
Y, por supuesto, no me olvido de los cuidados físicos. En primer lugar, los cuidados del suelo pélvico, ¡el gran olvidado! Porque esto no te lo suelen contar, te dicen que hagas los ejercicios de Kegel
y “adiós muy buenas”. Y no, aquí hay mucha miga, mucho que hacer y
mucha preparación. Y no olvidemos cuidarnos a otros niveles, ¡seamos
coquetas!, ¡seamos mujeres! Nuestras cremitas antiestrías,
hacer ejercicio, no coger peso excesivo… Que después nos seguirá
apeteciendo ser atractivas y deseables. Porque una se convierte en
madre, y es feliz, pero eso no significa que dejemos de ser mujeres.
Cuidarse físicamente es importante por nuestra salud pero también por
nuestra autoestima.
El embarazo es un momento fabuloso para reconectarnos con nuestro interior,
para aprender de nosotras mismas. Y, por supuesto, para cuidarnos. No
se me ocurre mejor preparación para recibir a nuestro hijo. ¿Y a
vosotras?
Fuente: http://elclubdelasmadresfelices.com/cuidados_mamas/
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